Ya se ve una luz al final del tunel, eso dicen...

Los medios de comunicación de todas las tendencias, nos informan que se acaba esta crisis, sí, has leído bien, de todas las tendencias, unos con más peros que otros, ¿será verdad?.

En primer lugar, quisiera aclarar que lo que "estos medios tan independientes" escriben, hay que cogerlo con pinzas; todos ellos han demostrado servir a quienes nos han embarcado en esta crisis, por tanto, su información no es precisamente veraz, por mucho que nos "vendan la moto" con el anuncio ese de "calidad informativa".

Una cosa es salir de una recesión, que serían una serie de trimestres, que además, deben ser consecutivos, tres, de crecimiento negativo y otra hacerlo de una depresión o crisis; lo primero es sencillo, con que el PIB crezca un 0,1% un trimestre, ¡zas!, por arte de magia macroeconómica, ya no estamos en recesión, aunque antes hayamos tenidos dos de ellos con tasas negativas de... pongamos el -5%. Como ven en el gráfico de la izquierda, la situación no es tan buena, pero nosotros les creemos; si le sumamos que el PIB que nos muestran es el nominal, al que afectan los precios y no el real, 

Esto es una falacia, un engaña bobos y al final, no parece que se esté acabando la DEPRESION, de hecho, a mi modo de ver, estamos peor que antes, porque si para que mejoren los datos, debemos recortar salarios o esperar rescates, eso no es salir de nada, no, España no va tan bien.

Salir de una depresión, supone un cambio radical y rotundo, como ha demostrado siempre la historia y para que nos demos cuenta, por desgracia debemos llegar al límite, el ser humano es así, tiene memoria a corto plazo. Esto implica que hasta que no veamos las orejas al lobo, no nos daremos cuenta del "adoctrinamiento" al que nos han sometido durante años, que digo... siglos (me incluyo, conste). Esto implica que hasta que no nos veamos "con el agua al cuello" no reaccionaremos y quizás, entonces sea demasiado tarde; nadie "da duros a cuatro pesetas".

No podemos seguir creyendo, como si fuéramos niños, que la sanidad o la educación, por el hecho de ser un "derecho fundamental", son gratis; yo cuando era pequeño, creía que la caja registradora de la tienda de mi padre, era mágica, hasta que me hice mayor y descubrí que no era así.

No podemos seguir mirando a otro lado, porque entonces ellos ganan y nosotros perdemos. No debemos olvidar que ellos tienen el poder que les damos.

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