El supuesto milagro de la austeridad en Lituania

Disculpenme, antes de comenzar la entrada de hoy, por mi desconexión, pero era más que necesaria.

Iba a escribir sobre el accidente del tren en Galicia, pero lo he pensado mejor y de eso, ya hay suficiente información, he decidido hacerlo sobre Lituania, un país que algunos ponen como ejemplo del milagro de la "austeridad" y otros, opinan que no es oro todo lo que reluce.

Lo más grave de todo esto, es que El País utiliza datos sesgados, para ofrecer una sola cara de la moneda, la falsa austeridad Lituana, para muestra un botón, el déficit se situó en 2009 en algo mas del nueve por ciento, siendo en 2012 del tres, parece austeridad, ¿verdad?.

¡Pues no lo es, es un suicidio!, porque esa reducción se ha basado, como en España, en educación y sanidad principalmente, no tocándose la verdadera causa de todo esto, que llevará el año que viene esta magnitud a un dato mucho más elevado.

¿Que cual es?, para mí está claro, los rescates a los bancos que allí también crearon una burbuja inmobiliaria y el gasto público político, es decir, políticos, asesores, directores generales y demás vividores de la teta del estado; no todos pero por desgracia un número más que preocupante.

No, eso no es austeridad, austeridad es disminuir el tamaño del estado, crear más mercado, o al menos ofrecer alternativas, en educación,  sanidad y otros servicios de los llamados públicos, pero sobre todo hacerlo progresivamente y en función de los resultados que se vayan obteniendo.

Se hará, no, no se hará, porque no interesa a los poderosos y sus financiados los políticos, ¿como van a dejar que les arrebatemos el poder que tantos años, que digo años, siglos, les ha costado conseguir?; ¿como van a consentir que se elimine de un plumazo su mayor tesoro, su "anillo único"?, ¿como van a reconocer, que son sus bancos centrales y sus organismos internacionales, los principales causantes de todo esto?.

No, no me creo nada, ni en Lituania ni en mi país España, sigo creyendo que, en esta "Europa de las dos velocidades", están los dominantes y estamos los dominados, los que todavía nos encontramos en "vías de desarrollo"; están los que financian y los financiados, los que luego comprarán a precio de saldo, nosotros.

Lo peor es que hoy en día, con toda la información que tenemos, la responsabilidad es solo nuestra, por legitimarles con nuestro voto, por olvidar que tienen el poder que les damos.

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