domingo, 22 de julio de 2018

La verdadera historia de los tres cerditos. Por E. Rus


Vale, he fumao algo raro...
Érase una vez tres cerditos, el mayor se llamaba Guarro, el del medio se llamaba Cochino y el más pequeño se llamaba Puerco, sus padres que tuvieron mucha imaginación…

Bienvenidos al cuento de la semana en este su Blog que tiene secciones muy interesantes, como mostramos en el menú "Qué ofrecemos..." Empezamos el cuento, estos tres amigos vivían en tres casas muy diferentes, como saben quienes conocen el cuento. No voy a empezar desde el principio por dos motivos, uno porque podría llegar a aburrir mucho y el otro, bueno el otro es que no me da la gana. No me tomen en serio, la mezcla de la edad y haberme encontrado con Morfeo (el de Matrix) siendo daltónico me han hecho así.

Mira, un pol... cerdo volando...

El mayor, Guarro, vivía en una casa de paja, es que era un cerdito muy activo sexualmente y de joven tenía muchos granos en la cara. Quizá por ese motivo, optó por ese material para hacerse su vivienda. El hermano del medio, tenía en una carpintería, por lo que optó por una casa de madera, con un buen roble, de hecho, creó una vivienda digna de un conde, eso sí, que no se llame Mario... Por último, el hermano pequeño, que siempre ha sido muy avispado, hablo con un promotor amigo suyo y le dijo: oye sabes que voy a hacerme una casa y el promotor le dijo: oye pues espera, porque tengo yo aquí una serie de viviendas… total que al final se hizo una casa de ladrillo, en una zona cercana a la playa. Una línea de apartamentos con vistas al mar y con mucha "gente guapa" alrededor, ya saben, de esos que tanto se vendían. Como todo el mundo sabe, en esta historia había un lobo, porque en todos los cuentos hay un lobo no sé porque (si Freud viviera) El lobo se llamaba Emi Boti y tenía dos amigos, uno que se llamaba BiBiVaA y el otro que se llamaba Estao Españó ¿estará caducao lo que fumo? total que el lobo y sus amigos se fueron a visitar al hermano mayor, el de las pajas... el material de la casa digo.
- Buenos días, soy el lobo y estos de aquí son mis colegas, aquí el amigo que tiene que decirle algo, dijo mirando a Estao.

El cerdito que se llamaba Guarro, como ya habíamos dicho (me repito más que el ajo, que el ajo, que el ajo...) lo miró extrañado y el acompañante del lobo dijo: 

- Buenos días, en realidad soy un inspector de sanidad y su casa no cumple con los requisitos reglamentarios establecidos en el modelo 25 A, barra 5, de la sección 5, del nivel 4 de Wardcratf, relativo a la ley tributaria y presupuestaria sobre casas de paja, en que viven los que se hacen ídem. Vamos que esta casa puede salir ardiendo y hacer que ardan todas las demás.

El guarro, digo el cerdo, estaba totalmente sorprendido por aquello, no podía creerse lo que le estaba pasando, en un cuento de los hermanos Grimm, un funcionario le quería cerrar la casa a él que era un okupa ¡Carmena, Colau, Pablo! gritó desesperado. Pero nadie le escuchó que estaban en elecciones generales. Total que para no entretener demasiado a los lectores, les diré que al final le quitaron la casa y la convirtieron en un museo y adivinan de que era el museo, pues en un país como el nuestro, de que creen que puede ser: de cerillas.

Luego aquellos tres señores de negro, se fueron en dirección a la casa de ladrillo, la que pertenecía a Cochino. Cuando llegaron allí, es que habló esta vez fue Boti: 

- Buenos días, vengo a decirle que en su contrato hipotecario, hay una cosa llamada cláusula suelo y está quiere decir que aunque el Euribor ha bajado a usted no le ha bajado la hipoteca y lleva tres meses sin pagarla. Vamos para que nos entendamos, que nos quedamos con la casa, que además, usted nos va a rescatar. Por si esto fuera poco, me voy a quitar el pantalón rojo este que llevo a juego con el polo y vaya poniéndose de rodillas...

Puerco estaba totalmente obnubilado y atragantado... total que una vez más, para no volver a entretener a los lectores, decir que la casa le fue expropiada y vendida a un primo hermano de Boti, que a su vez era un pariente cercano del otro, cómo se llamaba aquel, ah sí: BiBIVa. Por supuesto, Estao también pilló cacho y colocó en el local que la casa tenia abajo a un primo suyo de Cuenca. Estao quería animar al "primo" porque era concejal en aquel municipio y claro, pasaba desapercibido.

Entonces el lobo y sus secuaces, decidieron ir a la tercera casa, a la de Puerco y para resumir, porque sino esto va a parecer la historia interminable, le dijeron que venían apropiársela y saben que contesto:

- Va a ser que no señores lobo y secuaces, porque esta casa está hecha sobre terreno rústico, pero es un bien mueble, ya que tiene ruedas y se puede desplazar y por tanto no me la pueden ustedes expropiar porque no es una vivienda. Además está hecha a prueba de fuego agua viento y sobre todo lo más importante, a prueba de gentuza y mamarrachos como ustedes. Por cierto, no me calienten que estoy casado y mi nivel de estrés es elevado, que saco la recortá y la lío parda.

Total que se fueron por dónde habían venido, corriendo como los cobardes que son y el amigo cerdito vivió muy feliz. Debo añadir que era el del medio, que suelen ser los mejores (como se nota que yo lo soy) Además, le fue muy bien como cuenta cuentos y pudo traer a sus hermanos a vivir con él, eso sí fregaban platos igual que todo el mundo. Porque iban de señoritos y él, que estaba casado, no estaba para cuentos.

Moraleja:


Este cuento está patrocinado por viviendas de madera Aragon, hijo de Aratorn, heredero de Elentil... vamos el de la Paqui de toa la vida. Ya, ya sé que no es una moraleja, pero hay que ganarse la vida :).

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